“Dios nos deja pecar porque Adán pecó, entonces moriremos”, dice Ben, de 10 años. “Si él no hubiese pecado, viviríamos para siempre. Pero Adán escuchó a Eva, así que eso es todo”.
Entonces eso es todo, ¿eh? Ben, creo que hay más en la historia. ”Creo que Dios nos deja pecar porque nacimos pecando, y así es como va nuestra vida”, dice Katy, 8 años.
¿Estás diciendo que los bebés tiernos que no han dado sus primeros pasos “nacen pecando”? ¿Cómo puede ser esto?Laura, de 9 años, explica: “Dios no nos deja pecar. Tenemos ganas de pecar”.
¡Eso es! Nuestro “querer” está en mal estado. Antes de que Adán y Eva pecaran, su “querer” estaba en perfecta armonía con Dios. Ahora, entramos al mundo con un “querer” que es egoísta. Si quieres “probar” esto, considera una de las primeras palabras que todo bebé aprende. ”¡¡¡No!!!”
”Cuando Adán y Eva pecaron, todos pecamos”, dice Brad, 11. Todos los estadounidenses están representados cuando el presidente de Estados Unidos firma un acuerdo con el líder de un país extranjero. De manera similar, cuando Adán y Eva pecaron, todos pecamos.La Biblia habla de la jefatura del primer Adán y del segundo Adán. La buena noticia es que el segundo Adán, Jesucristo, vino a deshacer el daño del primero.
”Dios nos dejó pecar porque no quería un mundo de personas perfectas”, dice Nick, de 9 años.Me pregunto si su idea de “personas perfectas” podría necesitar algún ajuste. Si comparas la perfección con personas religiosas santurronas que nunca sonríen y que juzgan a alguien que no es tan miserable como parecen, entonces tienes razón. Esa no es la idea de perfección de Dios.
Nick, ¿te gusta el dolor, la tristeza y el llanto? Yo presumo que no. La Biblia promete que “Dios enjugará toda lágrima” de su pueblo. Él también eliminará todo el dolor y la tristeza. Nadie pecará, y nadie morirá.
”Dios da opciones, no necesariamente al pecado, sino a tomar decisiones por Él”, dice Taylor, 11. “Pero como humanos, tomamos decisiones equivocadas (pecado). Dios no quería que todos fuéramos exactamente las mismas personas programadas para hacer cosas. Tenemos opciones, pero las hacemos pecar”.”Dios no quiere robots”, agrega Josh, 12. Poco antes de su crucifixión, Jesús se lamentó sobre el pueblo de Jerusalén al decir: “Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de sus alas, pero no quisiste”, Mateo 23:37.
Aquí hay un caso claro donde la libertad humana y la voluntad divina van en diferentes direcciones. Podemos elegir venir bajo las alas de la oferta de Dios para cuidarnos confiando en el nuevo Adán, Jesucristo, para ser nuestro salvador. O, como el primer Adán, que comió del árbol del conocimiento del bien y del mal, podemos rechazar la oferta de Dios de provisión perfecta.Dios quiere que comamos del árbol de la vida por elección, no por la fuerza.
Después de recibir la vida del Señor, él quiere reproducir su vida en nosotros. Como dice Austin, de 10, “Dios quiere que hagamos bien por Él con amor, no porque Él nos hizo hacerlo”.
Medita: Jesús comenzó una nueva raza de personas que vivirán con él para siempre.
Memoriza: “Porque, así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados”, 1 Corintios 15:22.
Pregúntate: ¿Eres parte de la nueva creación de Dios en el segundo Adán, Jesucristo?
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