“Mis dos cosas favoritas de Navidad son dar regalos a la gente y celebrar “, dice Hailey, de 9 años. “Me gusta dar regalos a las personas porque cuando lo abren, siempre ves su rostro iluminado de mucha alegría. La Navidad es divertida porque sé que estoy celebrando el nacimiento de Cristo”.
Si nos deleitamos en dar regalos a los demás, imagina la alegría que Dios experimenta cuando las personas abren el regalo de la vida eterna. Ese regalo puede recibirse solo por fe en Cristo no solo en Navidad sino todos los días del año. Es todo porque un bebé nacido en Belén cumplió su destino de ofrecerse a sí mismo como un sacrificio por nuestros pecados.
En cuanto al nombre “Cristo”, muchas personas piensan que “Cristo” es el apellido de Jesús. En realidad, es un título que significa “ungido”. La palabra en inglés proviene de la palabra griega “Christos”. La traducción hebrea es “Mesías”. Los cristianos creen que Jesús es el Mesías, o el ungido, cuya venida fue predicha por los profetas hebreos.
“Lo que me gusta de la Navidad son las luces”, dice Garrett, de 7. “Cuando nació Jesús, había una luz en el cielo”.
Todo el mundo está familiarizado con la forma en que los sabios siguieron a la estrella hasta Belén, pero ¿cuántas personas piensan que Jesús es la luz verdadera que ilumina a toda persona nacida en el mundo (Juan 1: 9)? Además, ¿cuál es la naturaleza de esa luz?
Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”, Juan 8:12. El apóstol Juan presenta a Jesús como la Palabra eterna que se hizo carne y habitó entre nosotros. “En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en la oscuridad, y las tinieblas no la comprendieron”, Juan 1: 4-5.
Jesús es la luz del mundo y la vida eterna en forma humana (Juan 17: 3). Además, Jesús dijo que daría vida eterna a cualquiera que crea en él (Juan 3:16). Cuando la luz de esta verdad desafía la oscuridad de la tradición religiosa o las ideas preconcebidas acerca de Dios, algo tiene que ceder.
“Debo admitir que amo los regalos, pero mi parte favorita de la Navidad es pasar tiempo con la familia”, dice Lexie, de 11 años. “Durante la Navidad, a mi familia y a mí nos gusta compartir el amor de Cristo con diferentes personas”.
Así es como la luz brilla en la oscuridad. Aquellos que conocen a Jesús como la luz de sus vidas llegan a sus amigos con palabras y obras. Incluso el escéptico más escéptico no tiene defensa para actos de amor, amabilidad y compasión en nombre de Cristo.
El apóstol Juan describe a Jesús como “lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14). Este mundo está lleno de gente dura impulsada por su ego, la codicia y el orgullo. Los cristianos que tratan a las personas con la misma gracia que han recibido de Dios descubren que tienen muchas oportunidades para hablar sobre el amor de Cristo.
Medita: Las luces de Navidad no deberían ser las únicas luces que brillan en tu vecindario este año. Deja que la luz gloriosa del evangelio brille. Cuéntele a alguien sobre el regalo más grande: el único hijo de Dios y su oferta gratuita de vida eterna.
Memoriza: “Deja que tu luz brille ante los hombres, para que vean tus buenas obras y glorifiquen a tu Padre que está en los cielos”, Mateo 5:16.
Pregúntate: ¿Ha brillado la luz del evangelio en la vida de cualquier persona este año a través de tus obras y palabras?
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