“Ellos (Joshua y los israelitas) marcharon por las paredes de Jericó durante días”, dice Meagan, 7 años. “En el séptimo día, ellos hicieron sonar sus cuernos y las paredes se derrumbaron, y gritaron. Nunca puedes dejar a Dios fuera de tu casa, incluso si lo intentaras”.
Desafortunadamente, Meagan, mucha gente lo intenta. “Creo que Dios nos dio la historia de Jericó porque quiere derribar las paredes de nuestros corazones y entrar”, asevera Jordan, 8 años.
Para ser honesto, nunca había pensado en los muros de Jericó de esta manera. ¿Quién no ha construido muros para mantener a Dios a distancia? Algunos incluso se burlan de Dios cuando sienten que los está rodeando. Mientras construimos nuestros pequeños fuertes para mantener a Dios afuera, él sonríe y espera el momento adecuado para aplastar nuestras defensas de maneras que nos sorprenden totalmente.
Como J.T., de 8 años, dice: “Nos enseña que Dios es más fuerte que los muros”.
Hay lecciones de coraje para aprender también, dice Cacle, 8: “Creo que esta lección te enseña que, si Dios te dice que hagas algo, no importa cuánto te moleste alguien, hazlo de todos modos. Dios nunca te mentirá”.
Hannah, de 11 años, está de acuerdo: “No importa si te ves tonto porque estás marchando en círculos tocando un cuerno. Dios te dijo que lo hicieras, así que hazlo”.
Está bien, entonces te sientes tonto y ridículo. ¿Qué hay de sentirse inadecuado? “No importa cuán pequeño seas. Si Dios te pide que hagas algo, puedes hacerlo con Dios”, dice Reid, de 12 años.
¿Alguna vez has notado cómo Dios con frecuencia toma a alguien o algo pequeño y hace algo grande? Dios se deleita en mostrar su poder a través de personas que parecen náufragos y en situaciones que parecen imposibles. ¿De qué otra forma va a mostrar su poder? Nunca subestimes lo que Dios puede hacer a través de ti si te pones a disposición de él.
Nadie en el ejército de Israel pensó que un pastorcillo con una honda y pocas rocas pudiera enfrentarse contra un gigante vestido con armadura completa. David tuvo que soportar la burla y el ridículo mientras se acercaba a lo que parecía una tarea imposible. Pero él sabía lo que el general Josué conoció cuando su ejército rodeó a Jericó: “La batalla es del Señor”, 1ra Samuel 17:47.
“Dios tomó solo hombres comunes para tocar cuernos y gritar algo, y las paredes se cayeron. Dios puede hacer cualquier cosa”, asegura Andrew, 11 años.
Esos hombres regulares aprendieron otras lecciones, y podemos también, dice Nikki, de 7 años: “La lección de Jericó es seguir las instrucciones del Señor. Esta lección me ayuda a tener fe en el Señor”.
Las instrucciones que Josué dio al ejército de Israel y a los sacerdotes acompañantes fueron muy específicas. Durante seis días, debían rodear las paredes de Jericó una vez sin hablar. En la séptima, debían dar siete vueltas, tocar trompetas y gritar (Josué 6: 1-20).
Hay un tiempo para callar y un momento para gritar. Saber la diferencia puede determinar si las barreras se mantienen o caen. Hacer el trabajo de Dios a la manera de Dios siempre cumplirá el propósito de Dios.
De hecho, Morgan dice: “Si escuchas a Dios y haces lo correcto, entonces serás recompensado”.
Medita: Dios usará tu disponibilidad antes de usar tu habilidad.
Memoriza: “Porque Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino de poder y de amor y de una mente sana”, 2da Timoteo 1: 7.
Pregúntate: Si Dios te pidiera que hicieras algo que parecía ridículo para las personas, ¿lo harías?
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