“Sé un pacificador y no un problemático”, sugiere Kaira, de 10 años.
Las palabras que salen de nuestra boca demasiado rápido son la razón principal en que la mayoría de las personas se vuelve problemática y pierde la paz.
“La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de su fruto”, Proverbios 18:21.
Las palabras que decimos pueden tener consecuencias de vida o muerte. La Biblia dice que debemos ser prontos para oír y lentos para hablar (Santiago 1:19).
“Jesús, que es el Salvador del mundo, aceptó la traición de Judas porque era la voluntad de Dios”, explica Anais, de 12 años. “Estaba escrito en las Escrituras. Jesús actuó con calma y paciencia hacia Judas.”
Sorprendentemente, el profeta Zacarías escribió en el siglo VI antes del nacimiento de Cristo que sería entregado por el precio de 30 piezas de plata (Zacarías 11:12-13). Además, ese mismo precio debía pagarse si tu buey se soltaba y acorneaba al esclavo de tu prójimo, según la Ley Mosaica (Éxodo 21:32).
Jesús estaba consciente de esta profecía. “Jesús probablemente no estaba enojado, sino triste con Judas”, dice Sophia, de 11 años. “Él ya sabía que Judas lo iba a traicionar, pero aún así dejó que sucediera”.
Saber que Judas lo traicionaría no fue fácil para Jesús. El profeta Isaías describe al Mesías como “varón de dolores, experimentado en el quebranto”, Isaías 53:3.
Como aplicación práctica de lo que podemos aprender de la manera misericordiosa en que Jesús trató a su traidor la noche antes de su crucifixión, escuchemos nuevamente a Anais, 12. Ella dice: “Cuando un amigo está chismeando de tí, debes detenerte y pensar: ‘¿Qué Jesús haría?’ Él oraría por ellos y dejaría que Dios se hiciera cargo. Dios tiene el control de todo y su voluntad siempre es lo mejor para nosotros”.
Es una pregunta genial: “Qué haría Jesús?” Pero prefiero: “¿Qué está haciendo Jesús?” El Salvador resucitado está ahora mismo en su trono celestial y al mismo tiempo morando en su pueblo a través del Espíritu Santo. Jesús es mucho más que nuestro ejemplo. Su presencia permanente nos permite vivir más allá de nuestros míseros medios.
¿Tengo el poder de tratar con amabilidad a un traidor o chismoso? No. Mi impulso natural es darle una patada rápida en su boca chismosa. Jesús posee toda la gracia que necesito para lidiar con los chismes, pero ¿cómo aprovecho su gracia?
Todos los que creen en Jesús como salvador han recibido el regalo de la vida eterna. Su futuro es seguro. Sin embargo, Jesús quiere que los cristianos experimenten una vida abundante ahora. El hecho de que esté destinado a vivir en el reino de Dios para siempre no significa que esté experimentando el amor, el gozo y la paz que Jesús tiene para mí ahora.
Jesús hizo una promesa que rara vez se cita en los sermones dominicales: “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo”, Juan 16:33b.
Medita: Este mundo está lleno de problemas. Es reconfortante saber que Jesús ha vencido a este mundo, que incluye a todas las personas infieles que nos han traicionado. Este escenario me recuerda lo que dijo Winston Churchill después de su atrevida fuga como prisionero durante la Guerra de Bóers: “Nada en la vida es tan emocionante como que te disparen sin resultado”.
Memoriza: “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo”, 1ra Juan 4:4.
Pregúntate: ¿Aprovecharás la gracia y el poder de Dios para perdonar a quienes te han traicionado?
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Las citas bíblicas son de la Nueva Versión King James, a menos que se indique lo contrario.
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