“Es mucho más fácil perdonar a un enemigo después de que te hayas vengado de él”, escribió Olin Miller.
Sobre Eleanor Roosevelt, Ralph McGill escribió: “Ella se vengo de una manera que fue casi cruel. Ella los perdonó”.
Hace miles de años, un hombre llamado Salomón expresó sentimientos similares. Dijo que si quieres amontonar brasas sobre las cabezas de tus enemigos, sé amable con ellos. También dijo: “Y el Señor te recompensará”, Proverbios 25: 21-22.
¿Cómo cambiarían nuestros mundos personales si amontonamos las brasas sobre las cabezas de nuestros enemigos siendo amables con ellos? Poner en marcha la conciencia de tu enemigo devolviendo amabilidad por la crueldad.
Ahora, vamos a escuchar a los expertos. “Por un lado, podrías evitar que te lastimes más”, dice Mikelle, de 11 años. “Él castigará a la persona. No es necesario que lo hagas”.
Cuando nos vengamos de nuestros enemigos, nos abrimos a nuevas represalias. Por favor, entiende que esto no significa que debemos ser ingenuos acerca de las intenciones de nuestros enemigos. Más bien, significa que podemos confiar en que Dios corregirá los males que hemos sufrido.
“Cuando alguien te lastima, esto no significa que tengas que pagarle igual. Debes rezar por ellos”, dice Kirby, también de 11 años.
Sí, Jesús dijo que deberíamos orar por nuestros enemigos. Es mucho más fácil hablar de orar por nuestros enemigos que hacerlo realmente.
Aunque algunas personas prefieren resolver las disputas con los puños, la mayoría recurren a las palabras. Aquí es donde se pone difícil. “Una vez que hablas, pierdes”, dice John, de 8 años.
La Biblia compara la lengua con una chispa que quema un bosque entero. Una chispa de conversación vengativa o chismes puede causar estragos. Si no diríamos algo sobre una persona cuando él o ella está presente, deberíamos mantener la boca cerrada cuando él o ella están ausentes.
¿Creemos realmente que Dios está presente en todas partes? Imagina a Jesús escuchando en esta semana mientras hablas con amigos por teléfono.
“Dios quiere que nosotros, su pueblo, perdonemos a quienes nos lastiman. Tanta gente ridiculizó y lastimó a Jesús, pero Él los perdonó”, dice Kaci, de 11 años.
Si alguien merecía una vindicación, era Jesús en la cruz. Sin embargo, mientras colgaba entre dos criminales con los brazos extendidos en una cruz, dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, Lucas 23:34.
Las personas que lastiman intencionalmente a otros están caminando o viviendo en la oscuridad. El hecho de que seas cristiano no significa que no puedas recurrir a las mismas tácticas vengativas que caracterizan a los que viven en la oscuridad aparte de Dios. La diferencia es que los cristianos tienen una razón para perdonar y tener acceso al poder restrictivo del Espíritu Santo.
Mostrar bondad a quienes nos maltratan es una forma efectiva de dejar que la Luz de Cristo brille a través de nosotros. Jesús prometió que tendríamos problemas en este mundo. ¿Por qué nos sorprendemos cuando nos tratan injustamente?
Medita: La paz mental es una recompensa inmediata por entregar la venganza a Dios. Planear y ejecutar la venganza agotará tus baterías mentales y espirituales. En su lugar, saca tu pala y comienza a amontonar esas brasas de bondad sobre tus enemigos.
Memoriza: “Y cuando esté orando, si tiene algo en contra de alguien, perdónelo, para que su Padre en el cielo también pueda perdonarle sus transgresiones”, Marcos 11:25.
Pregúntate: ¿Has perdonado a los que han pecado contra ti?
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