“Me hace reposar en pastos verdes, me conduce junto a las aguas quietas”, Salmo 23: 2.
Si seguimos al Señor junto a las aguas quietas, “no caeremos en aguas apresuradas”, asegura T.J., de 6 años.
¿Sabías que las ovejas han muerto de sed junto a aguas embravecidas? No beberán a menos que el agua esté calmada.
“Creo que significa tomarse un tiempo libre y hablar con Dios”, dice Marcus, de 8. “Dios nos ama y bebemos de él porque él es el agua quieta”.
Muchos de nosotros no podemos recordar la última vez que aquietamos nuestras almas y espíritus para beber de las aguas tranquilas de Dios. Las aguas impetuosas de la vida moderna nos dejan secos, inquietos e insatisfechos.
“‘Él me lleva junto a las aguas tranquilas’ podría significar que trae paz si confías en él”, dice Haleigh, 9 años.
Jesús dijo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su corazón correrán ríos de agua viva”, Juan 7: 37b-38. “Beber” en el sentido espiritual significa “creer” o “recibir”.
Encontrar agua, quieta o apresuradamente, en las áridas colinas y valles de Judea no era una tarea fácil. El agua proviene de rocío, manantiales o arroyos y pozos profundos. Solo un hábil pastor podría llevar a su rebaño a aguas tranquilas y sin contaminación en un país donde generalmente no llueve durante nueve meses al año.
“Al seguir a Dios, encontraremos nuestros pastos verdes”, dice Colton, 9 años. “Solo Dios sabe cuáles son nuestras aguas tranquilas. Debemos obedecer a Dios para encontrar estos lugares”.
Las imágenes idílicas de Escocia y Nueva Zelanda vienen a la mente cuando la mayoría de la gente lee “Me haces reposar en pastos verdes”. Es fácil olvidar que las colinas de Judea de las que escribió el salmista eran rocosas y secas.
“Los pastos verdes no ocurrieron por casualidad”, escribe el autor Phillip Keller, cuyo libro sobre el Salmo 23 ha vendido más de 1 millón de copias. “Los pastos verdes son producto de una tremenda labor, tiempo y habilidad en el uso de la tierra”.
Sin embargo, los pastos verdes son esenciales, Keller escribe, cuando “los corderos están madurando y las ovejas necesitan alimento verde y suculento para un flujo abundante de leche, no hay sustituto para los buenos pastos”.
“A los corderos les gusta acostarse en pastos verdes, no está mal, pastos marrones”, dice Mary, de 10. “Eso significa que nos cuida y quiere lo mejor para nosotros”.
Las ovejas hambrientas están constantemente en pie buscando más comida. Su apetito de hambre no les permitirá descansar. Nada es tan satisfactorio para un pastor como ver a su rebaño en reposo sobre una abundante hierba verde y entre los arbustos de un prado de primavera. Con buenos pastos y cuidados, los corderos pueden ganar 100 libras dentro de los 100 días posteriores al nacimiento.
Dios le prometió a los patriarcas de Israel una tierra que fluye con “leche y miel”. Para los pastores nómadas, estas imágenes representaban el punto mas alto en el momento de producción de la primavera y el verano. Las ovejas pastaban en exuberantes pastos mientras las abejas fabricaban miel con flores silvestres, y las cabras producían leche rica para sus descendientes y dueños.
Los anuncios televisivos siempre nos prometen más, pero la realidad es que “más” a menudo es menos gratificante. Intenta apagar el televisor y meditar en la Palabra de Dios para descubrir la provisión de leche y miel de Dios.
Medita: Dios quiere que descanses en su provisión.
Memoriza: Salmo 23: 2.
Pregúntate: ¿Estás descansando en la provisión de Dios?
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